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La Edad Media debió ser eterna para quienes la vivieron. Todo transcurría sin la prisa de los avances sociales y científicos en una sociedad sumida en un destino pesimista, que no requería esfuerzo alguno por cambiarlo en tanto se encontraba pre ordenado, pues constantemente se anunciaba el fin del mundo y cada quien tenía que prepararse para la salvación de su alma.