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Cuando el mundo no era más que cielo y mar, cuatro hermanos se dieron a la tarea de crear la tierra para poblarla de dioses, luz y vida. Quetzalcóatl, el más valiente de los cuatro, enfrentó sus peores miedos para cumplir su misión y aprendió que, para convertirse en un verdadero líder, es necesario entregarlo todo.